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En este método de prueba, se realiza un corte en una muestra rectangular, lo que inicia un desgarro. Al cortar el material, se forman dos lengüetas. Se traza una línea de referencia para indicar el punto de desgarro. Una lengüeta se coloca en la mandíbula superior y la otra en la inferior. A medida que se realiza la prueba, las mandíbulas se separan y el tejido se desgarra a lo largo del segmento precortado.
B. Prueba del trapezoide
El método de desgarro trapezoidal es una prueba que produce tensión a lo largo de un recorrido razonablemente definido, de modo que el desgarro se propaga a lo ancho de la muestra. La resistencia al desgarro trapezoidal en tejidos se determina principalmente por las propiedades de los hilos que se sujetan con las abrazaderas. En los tejidos no tejidos, dado que las fibras individuales tienen una orientación más o menos aleatoria y son capaces de reorientarse en la dirección de la carga aplicada, la resistencia máxima al desgarro trapezoidal se alcanza cuando la resistencia a una mayor reorientación es mayor que la fuerza necesaria para romper una o más fibras simultáneamente.
Resistencia al desgarro de Elmendorf
El
Probador de lágrimas Elmendorf
Determina la resistencia al desgarro midiendo el trabajo realizado al desgarrar una longitud fija de la muestra de ensayo. Consiste en un péndulo de sector que pivota sobre rodamientos de bolas antifricción en un soporte vertical fijado a una base metálica rígida. El principio de ensayo es bastante simple: el péndulo se eleva hasta cierta altura. Al soltarlo, el péndulo posee cierta energía potencial; en el punto más bajo de su oscilación, el péndulo desgarra la muestra y pierde la energía utilizada para desgarrarla.